Redacción || 23 de febrero de 2023

Ayer, Miércoles de Ceniza, comenzaba la Cuaresma. La parroquia de San Bartolomé de Torredelcampo celebraba la primera Eucaristía a las 8.30 de la mañana, que culminaba con la imposición de la ceniza.

Posteriormente, a las 17.30 horas, el Vicario parroquial, D. Joel Nsenkey Mokuba, presidía la celebración de la Palabra, dirigida especialmente a los niños de catequesis y sus familias, en la que participaron alrededor de 400 personas.

A los pies del altar se encontraba situada la imagen de Ntro. Padre Jesús, que presidiría el Vía Crucis esa misma tarde.

El  Vicario parroquial quiso comenzar su homilía recordando a los niños  que el Miércoles de Ceniza “abre la puerta a un tiempo fuerte de la Iglesia.  Es decir, con esta celebración arrancamos el tiempo de Cuaresma: 40 días de ayuno, de oración, de penitencia y de limosna”. En este sentido D. Joel continuó explicando que “la Cuaresma es el tiempo de la conversión. A veces, cuando nos gusta mucho hacer una cosa, cuando ponemos todo nuestro corazón en algo, dejamos fuera a Dios y, entonces, estamos pecando. Debemos volver al Señor, debemos volver a Dios que nos ama tanto. Nunca debemos querer las cosas más que a Dios, como nos dice el primer mandamiento. Jesús quiere que lo pongamos en medio de todas las cosas”. Y añadió: “la ceniza es un signo de conversión. Es el símbolo de la austeridad, el símbolo de la pobreza, el símbolo de la humillación… cuando uno se da cuenta de que se ha apartado de Dios y de que ha pecado, pide la misericordia de Dios”.

Antes de concluir, el sacerdote quiso pedir a nuestra Madre, la Virgen María, que nos ayude a no alejarnos de Dios y nos aliente, además, a cumplir, durante este tiempo de Cuaresma, con el ayuno, la oración y la penitencia.