“Ha venido el que tenía que venir”. Esa fue la primera frase que el abogado de Antonio Méndez Asencio, Juan José Carrizán, soltó nada más pisar la entrada a la TGSS en la calle Fuente Buenora. No se presentó junto al máximo accionista de la hoy ya conocida empresa poseedora de las acciones ‘Sport Confident S.L.’. El letrado ofreció una explicación que tres días después había cambiado todo, con la que se derrumbaban las ilusiones de la afición jiennense y con la que se partía el corazón en dos a los amantes del fútbol y de su casi centenario club.

Este capítulo matinal ya era conocido por la sociedad futbolera jiennense desde el primer minuto como contamos desde nuestras redes sociales. Era del todo inexplicable que uno se comprara un club y no mirara bien las cargas que tenía. El mismo Juan José Carrizán aseguró en su salida que lo sabían, pero que no había capacidad para abordar una situación que no terminará de forma fulminante el 6 de octubre en la Sección Primera de la Audiencia Nacional. ¿Qué cambió en solo 72 horas? El auto llegó a manos de Méndez hae unos días y el jueves ya sabía qué había que hacer, qué plan ejecutar, con todo listo para abordar la Comisión Mixta… Lo que cambió, según ha podido saber este medio de comunicación, es que en la sociedad que había adquirido a Juan Manuel Reyes el paquete accionarial también había otros socios. Piensen y acertarán. Socios que dejaron de ver claro lo que un letrado de Olula del Río tenía clarísimo desde el minuto 1. Que no es necesario un aval, ni un pago como Carrizán comentó al salir y que se reprodujo en este medio… Y entre estos socios, ése que se piensa rompió la baraja, sin dar las explicaciones reales que sin faltar a la verdad cada uno se juega o pone su dinero en lo que desea. Después de la exposición pública, el interés y las ganas de Antonio Méndez Asencio por realizar un proyecto con ilusión, la noche de ayer se pasó entre lágrimas en un conocido hotel de Jaén, del que ha partido a primerísima hora sin explicarse él ni Carrizán a la plantilla para llegar con tiempo a la firma de un nuevo traspaso accionarial a Fomento y Promoción del Real Jaén, la empresa de Ramón García. ¿Cómo a un bufete de abogados de ‘supuesto’ prestigio que ha sacrificado vacaciones en agosto se le han escapado detalles tan simples? Piensen de nuevo y acertarán, porque dos no se pelean si uno no quiere.

En este capítulo triste que deja a los pies de los caballos y bajo muchos adjetivos a Antonio Méndez Asencio hay una intrahistoria que va más allá de los intereses de la representación jurídica. Y hay y existe, como todo lo señalado que nos corroboran nuestras fuentes, que se compraron las acciones, con un pago fraccionado y mensual. Un pago que asume en toda esta película Méndez que dejó Jaén como se llega a esta ciudad y como se sale, llorando.