Los olivareros de Torredonjimeno dicen basta y reclaman agua para riego

Más de 350 agricultores reclaman a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir una concesión de riego que lleva una década sin resolverse, pese a haber cumplido con todos los requisitos

Redacción || 20 de junio de 2025

La paciencia de los agricultores de Torredonjimeno ha llegado a su límite. Después de una década de trámites, promesas incumplidas y una inversión colectiva de cuatro millones de euros, más de 350 regantes se han manifestado frente a la Subdelegación del Gobierno y la sede de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) en señal de protesta. El motivo: siguen sin poder regar sus olivos tras siete años de espera por una autorización definitiva.

“Lo único que pedimos es agua para nuestros olivos”, ha declarado Juan Eugenio Ortega, vicepresidente de la Comunidad de Regantes de Torredonjimeno, que ha liderado la movilización. Asegura que el expediente de concesión lleva años paralizado en la Confederación a pesar de que “toda la documentación ha sido entregada en tiempo y forma”.

La comunidad, creada en 2001, logró una concesión temporal en 2015 para el aprovechamiento de aguas públicas destinadas al riego de cerca de 600 hectáreas de olivar tradicional. Entre 2015 y 2018 los agricultores regaron con normalidad, pero una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anuló el procedimiento por una cuestión formal: la falta de audiencia pública tras un cambio en la ubicación de la estación depuradora (EDAR).

Desde entonces, los regantes han quedado atrapados en un limbo administrativo. Dos concesiones temporales posteriores permitieron el riego por un breve tiempo, pero ya llevan cinco años sin poder usar una sola gota de agua, lo que compromete la productividad de sus explotaciones, muchas de ellas de carácter familiar.

Mientras la CHG achaca el retraso a nuevas modificaciones y documentación incompleta, los agricultores insisten en que han cumplido con todos los requisitos. “Estamos dispuestos a realizar una nueva inversión de un millón de euros para tratar agua regenerada, pero sin la concesión no podemos asumir más costes”, explica Ortega, subrayando la inseguridad jurídica que afrontan.

Los afectados, que mayoritariamente solicitaron préstamos personales para ejecutar las infraestructuras necesarias —balsas, naves y sistemas de riego—, confían ahora en que en septiembre puedan recibir al menos una concesión temporal para poder regar, mientras el expediente definitivo sigue su curso.

La situación de Torredonjimeno pone sobre la mesa el problema estructural de la burocracia en el acceso al agua en Andalucía, en un contexto de sequía persistente y desafíos crecientes para la agricultura.

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