Redacción, 23 de enero de 2024.

Hace 40 o 50 años, las personas que para sus viviendas, tanto en la campiña como en la sierra de la comarca, necesitaban realizar perforaciones para obtener agua, encontraban el líquido elemento a unos 100 o 150 metros de profundidad para llegar a obtener desde 2.000 hasta 15.000 litros. Cada vez llueve menos y paralelamente hay mayor demanda de agua porque existe más población y porque se utiliza más agua.

Según el geólogo José Manuel Marín Señan, «hoy, lamentablemente, para encontrar agua hay que perforar a 200 o 250 metros y en muchos de los casos los resultados son negativos». Comenta el geólogo todas las aguas subterráneas de la península ibérica son de agua de lluvia, y ante la sequía que azota la zona, las aguas subterráneas son menores. A esto se le suma que los acuíferos son sobreexplotados (se saca de ellos más agua de su capacidad de almacenaje) por lo que los niveles de los mismos descienden.

Comenta el experto que si descienden estos niveles, los sondeos son más caros, las extracciones también son más caras, la cantidad de agua es menor y la calidad de la misma también baja notablemente «ya que son aguas estancas que cuanto más profundas se encuentren, menos se renuevan, incorporan más metales pesados y si además se quiere depurar, el coste de la maquinaria es mucho más elevado para que dentro de unos 10 años la calidad del agua vuelva a descender».

Ante esta situación, el geólogo considera adecuada una mayor implicación de las administraciones públicas para hacer una buena gestión del agua y también una mayor concienciación social que consiga reducir el consumo de agua de la población.