Casi todos los países del mundo han dado la bienvenida a J. Biden como  Presidente de los Estados Unidos, pero sus propios ciudadanos están divididos en un país radicalmente polarizado en el que han crecido demasiado los bulos (fake news) y el odio, polarización y visceral enfrentamiento que sufrimos en otros países, como España, lamentablemente. No obstante, J. Biden ha optado en su discurso por la conciliación y la cooperación como antídoto para el enfrentamiento  visceral , defendiendo firmemente en el debate cada partido o colectivo sus propios programas, como es lógico. La vuelta a las organizaciones mundiales relacionadas con la defensa del Medio Ambiente o la Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, serán claves en  la nueva política norteamericana, así como la actuación con la inmigración ya asentada en Estados Unidos –de la que no pueden prescindir-, o la igualdad y la lucha contra los bulos que circulan en las redes o surgen del propio poder constituido. La tarea para Biden y su equipo esto  será difícil, por supuesto, porque también tienen dos problemas hoy universales: la pandemia –cuatrocientos mil muertos- y la crisis económica surgida de la misma, claro que  tienen a su favor el potencial económico del país más poderoso de la Tierra. Creo que lo mejor que podemos hacer es desearles mucha suerte y tratar de implantar en nuestro propio país un clima de serena discusión como el que el nuevo Gobierno estadounidense propone.

Manuel Campos Carpio