Gaspar Parras nos trae este artículo en recuerdo de Miguel, tallista y ebanista villanovero

Miguel era una potencia creativa, un gran artista y un hombre que se incentivaba con retos y desafíos e inquieto con las dificultades, pero su principal virtud era el trato con la gente, y la bondad que guardaba, siempre dedicando su tiempo a atendernos a todos con igualdad, incluso a perdiendo minutos transcendentes en sus obras maestras de la carpintería para atender nuestras necesidades. Nuestro Maestro ha sido un regalo que la vida nos ha dejado en Villanueva de la Reina, un tallista y ebanista de primera que destacaba por sus excelsas obras y trabajos. Miguel se marchó desde la vida a nuestros recuerdos. Y si hablamos de su familia, doy fe que el Maestro era ese gran esposo, padre, suegro y abuelo que muchos sueñan con tener. Ejemplar en familia.

Miguel, nuestro Maestro, realizó muchas labores en pro de Villanueva de la Reina. Trabajó y talló la madera de nuestro reciente Ayuntamiento, restauró y arregló los pasos procesionales de pasión y gloria. Realizó arreglos en la puerta de la iglesia en otra de sus muchas obras geniales, siempre con su devoción a Santa Potenciana, con quien tuvo un buen “feeling” y complicidad.

Muchos tuvimos la suerte de vivir momentos en su carpintería, cuando íbamos a pedirle maderas para jugar en la arena de obras o para los trabajos de artesanía y manualidades del colegio o instituto. Y como regalo, su eterna y dulce sonrisa. Estamos en enhorabuena en nuestro pueblo por haber compartido momentos con una gran persona como él.

¡Maestro Miguel, esto no ha acabado, y desde Villanueva de la Reina ya te echamos de menos!

 ¡Nos vemos mañana!