Redacción || 21 de enero de 2021

En noviembre pasado se cumplieron 12 años desde que Holcim decidiera echar el cierre en la planta de cementos de Torredonjimeno. Fue en plena crisis de la burbuja inmobiliaria cuando la compañía anunciaba cierre, despidos y recolocaciones y varias las semanas en las que toda la comarca se echara a la calle para pedir que se mantuviera la actividad de la factoría. Fue sin éxito. Torredonjimeno perdió 20 puestos de trabajo. Treinta trabajadores de plantilla fuero recolocados en otros centros de la compañía, veinte fueron prejubilados y otros tantos se dedicaron durante un año al desmontaje de las instalaciones. De los 50 subcontratados, Holcim no se hizo cargo y también se quedaron en la calle cuando en las navidades de 2018 se consumó el cierre. 

Ahora el fantasma del cierre de otra de las plantas de cementos de Andalucía acaba de anunciarse: la dirección de la fábrica de cemento de Holcim en Jerez ha comunicado este martes a su comité de empresa y al resto de sus empleados, su intención de llevar a cabo un despido colectivo, ya que la compañía pretende iniciar el proceso de conversión de su fábrica de cemento en una estación de molienda desde donde se continuaría atendiendo al mercado de la región, una transformación que considera «imprescindible» para su futuro.

Aún así, doce años después la compañía mantiene lazos con Torredonjimeno hasta el punto de que posee la bolsa de suelo industrial más importante de la localidad, en pleno corazón del municipio y que podría ser, de no ser por la crisis, un pulmón laboral y económico de la comarca. De hecho, en los doce años desde el cierre, las negociaciones entre empresa y Ayuntamiento no han parado, pero tampoco han dado sus frutos. Los tres partidos con representación en el pleno del Ayuntamiento coinciden en que se trata de una oportunidad que no se puede dejar escapar, pero aún no se ha llegado a un acuerdo en el precio ni en la forma. De hecho, el actual concejal del Partido Popular tosiriano, Enrique Castro, empleado de la empresa, está siendo en los últimos años el principal valedor-intermediario para facilitar un acuerdo que se dificulta por la magnitud de la empresa y lo complicado de cerrar acuerdos que tienen que pasar por diferentes departamentos. 

La compra de los terrenos, valorada en entre 2 y 4 millones de euros es una cuestión para la que PSOE y PP tosirianos se han mostrado dispuestos a pedir créditos bancarios que el consistorio podría permitirse dada la salud económica con la que cuenta desde hace años el consistorio.